Es estudiante de licenciatura en artes visuales y diseño industrial. Durante los últimos tres años ha podido aprender y desaprender sobre cómo se compone su negritud, brindándole la oportunidad de amarla y valorarla, sin olvidar aquellos procesos dolorosos que llegan a marcar pero son determinantes para sentirse orgullosa y no tener miedo. 

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Las esculturas africanas son testimonio del extraordinario y exquisito sentido de las formas orgánicas, siendo la principal referencia de este trabajo. 

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El proyecto “dos mujeres y un santero” se compone de tres ilustraciones inspiradas en esculturas de distintos países africanos. El color y técnica destacan sus patrones rítmicos y repetitivos dándole una experiencia visual distinta. 

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